Ayer, en el partido que finalmente dio el pase al Atlético de Madrid a la siguiente ronda de la Copa del Rey, pudimos observar de manera muy clara los defectos y las virtudes del equipo entrenador por Quique Sánchez Flores.
Empezaré por lo positivo, ya que el balance del encuentro de ayer -no así de la temporada- fue positivo ya que se consiguió la clasificación. En ataque, el equipo colchonero es probablemente uno de los más peligrosos de Europa. Dos craks arriba como son Agüero y Forlán, jugadores que en forma son determinantes. En las bandas, un casi siempre correcto Simao y un resucitado Reyes, que sí llegó a ser considerado uno de los mejores extremos del planeta es por algo. Y por detrás de estos cuatro, otro jugador desequilibrante como es Jurado. Cinco atacan y cinco defienden, dijo Marcos López en laSexta, y fue un comentario de los más acertado.
Porque esos cinco de arriba no defienden, y los cinco que defienden atrás lo hacen bastante mal. Como ya he hablado mucho en este blog de las carencias defensivas del Atlético de Madrid no me repetiré, pero algo que hasta ahora no había nombrado y es muy importante también es la facilidad del equipo para romperse. Ni Assunçao ni Raul García han sabido unir al equipo y hacerlo compacto, razón por la cual se ha fichado a Tiago, que ya veremos como resulta.
El Atlético pasó de ronda ayer porque se enfrentaba a un equipo con escasa pegada como es el Recreativo, y que aun así le consiguió hacer un gol aprovechando uno de los varios regalos que la defensa colchonera hizo durante el partido. El resultado pudo ser fácilmente otro, pero por fortuna para el Calderón, anoche les tocó volver a casa con una sonrisa en lugar de enfadados. Hasta el próximo choque en el que todo podrá suceder de nuevo.