Sólo apto para gladiadores

19 enero 2010

¡Vaya partidazo la ida de la semifinal de la Carling Cup entre Manchester United y Manchester City! Lo cierto es que ha compensado el truño que está siendo hasta el momento la Copa de África. Empiezo a escribir con miedo a olvidarme de algo, porque el encuentro de esta noche ha sido para analizar en profundidad, pero no soy yo la persona idónea para ello.

No era un partido cualquiera, era un derby, que además servirá para establecer las bases de lo que puede ser una gran batalla por ser el mejor equipo de Manchester. No es que esta batalla hubiera dejado de existir, pero en los últimos años -y no tan últimos- ha estado claramente decantada a favor del equipo de Ferguson.
Por eso el partido de hoy no era apto para novatos, sólo para gladiadores. En esa lucha podemos decir que ha vencido Tévez, impetuoso como pocos, ya que ha anotado dos goles y ha dado el triunfo en el partido, no así en la eliminatoria, que aún queda abierta para la vuelta en Old Trafford.

Era previsible que hubiera poca especulación en el juego, pero no es que haya habido poca, es que no ha habido ninguna. Los dos equipos han buscado atacar al equipo contrario con un esquema 4-3-3. Ha golpeado primero el Manchester United por medio de Giggs, pero tras el gol, tanto la iniciativa como las mejores ocasiones han sido para el City. Al filo de la primera mitad, el joven Rafael ha agarrado dentro del área a Bellamy y el árbitro ha pitado penalty. Es un poco dudoso, pero la falta es apreciable y se trata de un error de principiante. Tévez empataba desde los once metros.

El «Apache» volvería a marcar a su ex-exipo mediada la segunda parte al aprovechar un balón suelto dentro del área a la salida de un corner. Tras el gol, la avalancha fue de los «Diablos Rojos», que se volcaron sobre la portería de Given. Entró en escena el otro gran gladiador, Wayne Rooney. El niño malo de Inglaterra apareció en todas las jugadas, bajó a recibir, distribuyó el balón y finalizó magistralmente, pero se encontró con un no menos espléndido Given, que salvó a su equipo del empate.


El City ya no solo empata sino que también pierde

16 diciembre 2009

El Tottenham se deshizo con relativa facilidad de un Manchester City decepcionante que continua alejándose de los puestos europeos tras su extraordinario inicio de campaña. El primer gol llegó en una jugada en banda derecha. Lennon rompió a Sylvinho y centró para Crouch. El remate del espigado delantero rebotó en Ireland, pero por allí apareció Kranjkar para poner el 1-0.  Los locales ampliarían su ventaja al comienzo de la segunda parte en una jugada muy simple. Saque del portero Gomes, prolongación de cabeza de Crouch, y definición de Defoe, que sigue inmerso en la lucha por el pichichi. Con el Manchester City volcado llegaría el definitivo 3-0 en una bella jugada de Kranjkar, que anotaba su segundo gol.

Comenzó el partido con un ritmo altísimo, como suele suceder en los encuentros de la Premier League. Durante el primer tramo de encuentro ambos equipos se contrarrestaron. El medio del campo del Tottenham, puramente destructivo con Huddlestone y Palacios, impedía los intentos de creación del City y a su vez se veía incapaz de crear juego. No había tiempo para pensar y pese a que ambos equipos tuviesen jugadores capaces de desequilibrar en espacios pequeños, nadie encontró la chispa y hubo pocas ocasiones.
Poco a poco, los balones largos buscando la cabeza de Crouch fueron acogotando a los de Manchester en su campo, que se veían incapaces de llegar a la meta de Gomes. El Tottenham comenzó a sentirse a gusto con su estilo de juego, incidiendo especialmente por la banda de Lennon. El rápido internacional inglés se marchó una y otra vez de Sylvinho. El ex-barcelonista ocupaba el puesto normalmente reservado para Zabaleta, y no fue ayudado en ningún momento por Robinho. Por esta banda llegaría el gol que daría la ventaja a los locales al fin de los primeros cuarenta y cinco minutos.

Mayor dominio del Tottenham durante la segunda parte, fruto del cual llegaría el segundo gol. Tras el tanto, Mark Hughes intentó cambiar el rumbo. Sustituyó a un desaparecido Robinho para dar entrada al guerrero Santa Cruz. De poco sirvió el cambio puesto que el Manchester City continuó siendo incapaz de generar jugadas de peligro. Tévez lo intentaba, pero tras una serie de buenos partidos, esta no era la noche del «Apache». El entrenador buscó entonces llegar al área como fuera, quitando al centrocampista defensivo De Jong para que Petrov entrara en el campo. El ex-jugador del Atlético de Madrid dio un poco de aire a un equipo moribundo, pero fue insuficiente para inquietar al Tottenham, que marcaría el 3-0 definitivo en el tiempo de descuento.